Espejito... Espejito...

Querido Diario ...

Hoy como hipnotizada volví a acercarme al espejo, lo hice nuevamente, contemplando mi propio reflejo, mirando detenidamente mi propia imagen...

Siempre lo hago, siempre lo he hecho, a partir que él llegara a mí, siempre me acerco y miro si algo ha cambiado en mí, siempre cuestionándome qué pudo atraerle de mí, no lo sé...

Pero, ahora... ahora busco algo más, no lo sé. Es que temo, tengo miedo... He escuchado que hombres como él, no duran, no son para quedarse. Más aún cuando tanto mundo han vivido, cuando tantas... sí, tantas miradas femeninas han tenido.

No me gusta lo que estoy sintiendo, mi barco naufraga en sus de dudas propias, entre interrogantes que agitan mi alma, sin piedad. Donde la experiencia prevalece ante la inexperiencia...

¿Por qué pasas y eres déspota con ellas, si en el atrevimiento de su mirada hacia mí, me acribillan de haberte quitado y alguna mofa les he pillado...? 

Que el cielo me perdone, pero por una vez, tan sólo una vez... quisiera poder imitarlas, ser un poco más sugerente, incluso con la mirada. Es que temo un día despertar de mi realidad y ver que todo fue un Sueño...

Temo que él se llegue a aburrir de mí, de la novata, la inexperta.

Espejito... Espejito...

¿Qué le pudo atraer de mí alguien como él, cuando veo como se le ofrecen...? Y no, no son dudas a él, son mis propias dudas como mujer. Soy una niña bañada en lágrimas...

Espejito... Espejito... 

¿Algún día dejaré de ser una niña, algún día daré el primer paso, dejaré de ser siempre tan cohibida...?

Ese dragón, mi propio dragón del miedo acechándome sin piedad alguna y es que al parecer, la inexperiencia tiene consecuencias. No quiero despertar nunca de mi sueño, no quiero una realidad donde tú me faltes, amor...
¿Cómo así, cómo así pude gustarte, amor...? ¿Cómo así...? ¿Así, sin más nada...?

Te  Amo...