En ésa casa ocurría que todas las mujeres saltaban de alegría cada que los hombres llegaban al lugar, entonces la ama de llaves, ni tarda ni perezosa abría las puertas de la habitación para anunciar con sobria victoria su llegada y entre la algarabía, la mía... Así, espontánea, descalza y con mi camisón puesto, salí detrás de todas ellas, no podía esperar más para correr hacia ti...
Sí, ése cuadro parecía como de épocas de antaño tan repetidamente. Tantas veces las vivía contigo, ésa alegría de tanta espera que aseguraba haberla vivido en otro tiempo, en otro ayer...
Y salí a tu encuentro. Todas reían, mas... ésa ocasión no fue igual a las anteriores, de golpe el silencio reinó, y lo que se supone debía ser felicidad, de repente era amargo. Vi como siempre a tus hermanos y vi a tu madre abrazada de uno de ellos en consuelo, entonces me miraron y sentí como mi mundo de golpe, me era arrancado y un gélido escalofrío indescriptible invadía mi alma mientras más me costaba descender por las escaleras y vi ésa caja entrar... ¿Qué batalla era ésa la que te arrancó de mí...?
Fueron los días más largos de mi vida y el dolor era tal, que de ella me exilié. Mis días venideros los viviría separada de todo y de todos, en ésa bella casa de playa privada e íntima... Donde sólo tus recuerdos me abrazaran como tú lo habías hecho y ahí me refugié del mundo. Cerré todas mis puertas y me dediqué solamente a escribir de ti, de tu amor... Le robé al tiempo las manecillas para inmortalizarte en mi corazón...
Besé cada letra, cada momento que llevara tu nombre, escribí tu nombre en el azul del cielo, en lo más profundo de la noche y yo, 'la última estrella, la escondida, la que no acostumbra brillar', plasmé en un canto de letras el testimonio de tu amor... No, no para hacer un libro, no me interesaba, los flashes nunca me interesaron, era para mí y el tiempo...
Porque amor, un hombre como tú debía quedarse en el tiempo, en el mío...
Dicen que las almas siempre están destinadas a encontrarse una y otra vez en el tiempo cuando el amor es verdadero... Desconecté toda comunicación con el exterior y sólo me dediqué a ti, en éste blog... De ser cierto, debía dejar un lazo para el tiempo después, algo que me dijera que serías tú de nuevo, quería narrar no una historia, una leyenda... No para nadie, sólo para ti y para mí... Mi propia leyenda de amor a tu lado, como esas grandes historias de amor, épicas, míticas...
De época, de antaño...
De antaño...
~ Año 1880 ~
—¿Por qué?—, preguntaste y me sobresalté al escuchar tu voz, si tu voz...
Bajo el halo de mi caperuza azul, sólo había alzado mi mano con el cajero para recibir mi boleto y el cambio. Procuraba usar los encajes del puño de mi manga, largos; que cubrieran el guante gris y aún así, el temblor de mis manos me delataron ante ti y que sólo tú conocías.
Un vuelco en el corazón y paralizada no pude articular palabra alguna. Lo que menos imaginaba era que un año después tú dieras conmigo... y ahí, en esa estación...
En defensa de nadie, ni orgullo ni desdén, sólo timidez, miedo, temor... Sólo eso. Y es que me imponía tu presencia, me sentía tan insignificante que no entendía porqué me habías mirado; no entendía muchas cosas, como el que supieras tanto de mí y cómo hiciste para quedarme, si siempre vivía escondida..., si siempre hacía por pasar desapercibida del mundo.
No pude, fue más mi timidez, sabía lo que significaba si daba un paso atrás y resulta que ya lo había dado.
Qué es un momento sino sólo eso, un momento... Y salí de aquel lugar sin más, pidiendo e implorando a los cielos que sólo fuera para ti, eso, un momento... un mal sueño, nada, nada de importancia, de relevancia... porque yo sólo tenía miedo de lo que estaba sintiendo...
Y es que pasa que yo no creo en lo que veo, creo en lo que siento y eso me estaba dando miedo... Sólo tenía dos opciones opté por la que era mi costumbre, huí, con todas las consecuencias de lo que sucedería, hasta merecer tu desprecio. Mientras escapaba me fui con todas las interrogantes: 'y si...'
Al abrigo y amparo de la noche, al claro de luna llegué a donde sólo me sentía segura. Aquellas gigantes se abrieron al pedir asilo y me encerré ahí. Durante mi estancia en ése santo lugar pedí por ti, que hallarás un gran amor. Sabía que así sucedería y pronto escuché noticias tuyas, porque un hombre nunca pasa desapercibido. Había llegado alguien.. y me alegré por ti, merecías esa felicidad porque siempre agradecí que me cuidaras tanto que la vida debía regalarte esa dicha y con ello significaba que nunca fui relevante.
Y ahora yo debía desaparecer y la mejor respuesta la hallé en ésa estación de tren. Vestida de grises y cubierta con mi caperuza azul para no ser vista iba rumbo a no sé dónde, sólo sé que debía alejarme no quería que supieras que para mí bastó un día conocerte en aquella banca, reír y platicar para ya no olvidarte nunca... Lo que no me imaginaba era que tú fueras a encontrarme ahí.
Y ahora yo debía desaparecer y la mejor respuesta la hallé en ésa estación de tren. Vestida de grises y cubierta con mi caperuza azul para no ser vista iba rumbo a no sé dónde, sólo sé que debía alejarme no quería que supieras que para mí bastó un día conocerte en aquella banca, reír y platicar para ya no olvidarte nunca... Lo que no me imaginaba era que tú fueras a encontrarme ahí.
—¿Eso acostumbráis hacer, señorita? ¿Sólo irse y ya, sin más?—, yo no paraba de morderme el labio inferior para controlarme y llamaron al abordaje, no quería voltear, si lo hacía no podría salir de tu vida, lo sabía... Traté de dar un paso enfrente y entonces sentí tus manos en mi cintura, cerré mis ojos y cuántas sensaciones corrieron por todo mi cuerpo con tu cercanía, a la par que no contuve mis lágrimas... Tus manos y qué osado eras. —Caballero...—, fue lo más que logré; musité temblorosa y tú me giraste con cuidado y descubriste mi rostro de la caperuza al tanto determinabas que ésta vez impedirías que huyera mientras enjugabas mis lágrimas...
Y desde ése momento a tu lado, plasmé la más bella melodía de amor en un diario...
¿Cuántas veces se repetiría nuestra historia...? No lo sé, pero en todas sé que siempre regresaría a ti, siempre...
~ Presente ~
Y aquí está tu Noche, tu Noche Bella, como me nombraste, cepillando el nocturno de mi cabello que tanto te gusta para descansar, intentar dormir otro día más sin ti... y qué mal sueño el de la otra noche y es que con estas noticias de Oriente, y Europa que es una caldera... pero aquí estoy, a la espera de ti en casa de tus padres... y de pronto, la ama de llaves causando algarabía. Suelto el cepillo y corro a recibirte...
Y ahí están tus hermanos y... ... Tú.
Tú y mi sonrisa vuelve y corro para saltar a tus brazos, para no parar de besar tu rostro, tus manos. Porque vivo enamorada de tus manos masculinas y no hago más que entrelazar mis dedos con los tuyos. Y tú vuelves y yo lavo los pasos de tu camino...
Tú y mi sonrisa vuelve y corro para saltar a tus brazos, para no parar de besar tu rostro, tus manos. Porque vivo enamorada de tus manos masculinas y no hago más que entrelazar mis dedos con los tuyos. Y tú vuelves y yo lavo los pasos de tu camino...
No sabía lo que era una caricia hasta que me descubrí en tu mirada...
Todos mis 'despertares' llevan escrito tu nombre y desde entonces ésta 'petite' vive enamorada de la belleza de tu anatomía, de la fuerza y sostén de tus brazos que siempre me sorprenden la suma facilidad con cada vez que me alzas y yo; yo, amor... me gusta dejarme ir en tu vuelo...
Cómo no adorarte cuando del mundo huí y ahora vivo en tu universo...
Me conmovió el amor tan profundo que relatas .
ResponderEliminarUn beso !
Edi...
ResponderEliminarGracias por tu comentario, bonita.
Abrazo de corazón... :)
Ya pude entrar aquí, ahora sí puedo interactuar mejor amiga.
ResponderEliminarPues para decirte que me encantó el cuento con su final feliz, porque un amor así sólo puede vivirse por siempre.
Felicitaciones amiga.
Heiyss...
ResponderEliminarGracias por tu comentario, bonita.
Abrazo de corazón... ñ.ñ