Porque existen motivos y cada motivo es lo que nos hace. Así también ella, recelosa de sí misma, la joven Noche se internaba y se resguardaba en aquel bosque, el suyo. Lejos de todo y protegida por el cielo nocturno quítose la caperuza y comenzó la magia; rodeada por las estrellas, la ungían poco a poco y suavemente cada milímetro, cada poro de su piel por el aceite de la esencia de los credos de las rosas. Destinada a un sólo amor. Porque ella es así, tímida e incluso huidiza. Sin buscar entendimiento alguno. Ascendiendo por cada parte de su cuerpo y aún más adentro, a su corazón, cubriéndolo hasta su alma.
Y es que ella soñaba y, en su sueño esperaba, sí; esperaba por un gran amor, sólo uno. Y a él amarlo y adorarlo sin reservas, encontrar al héroe en su mirada, descubrir el beso sincero de sus labios, caminar a su lado, levantar pilares de amor una historia a construir.
Y es así, que mientras aquel capullo de rosa oscura se resguardaba, un ser gobernante de cielos decidido se aproximaba en su vuelo a ella. Quizás, tal vez, iniciaba su propia historia.
Porque ella es así...
Así, es ella...
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